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Prestige: exigimos responsabilidades



          lunes, abril 26, 2004
 
Ana Aguilar Lliso
La noche del viernes soñé con ella. Fue mi primer amor. Y de los pocos, creo, correspondidos. Coincidimos en clase en 6º, 7º y 8º de egb. Luego en bup ya no, no recuerdo porqué. Creo que estábamos en diferentes clases y luego quizás ella repitiera, no sé. Pero seguimos viéndonos. Vivíamos en un pueblo pequeño, teníamos amigos comunes… En esa clase de egb habían dos guapas oficiales: ella e Inma, que era la guapa sin discusión. Pero tenía ese punto gélido y distante de la belleza. Poca gente le hablaba: nos infundía miedo su aura, sus ojos azulísimos. Parecía nórdica. Ana era todo lo contrario, era esa clase de chica dicharachera y simpática que acaba siendo guapa. En aquellos años destacaba también porque se desarrolló muy pronto, se hizo mujer y prácticamente tenía ya el cuerpo y la altura que luego ha tenido. El caso es que al parecer nos gustábamos, pero yo no lo podía creer. El hecho de que fuera tan abierta, tan sin complejos, tan sociable y tan deseada desarrolló en mí una inseguridad inquebrantable: yo era menos que ella, yo no le podía gustar.

Llegó el viaje fin de egb, lo esperaba con ansia. Íbamos a Mallorca. Lo vislumbraba como el marco perfecto, la ocasión adecuada para decirle algo, para que aquello germinara. A última hora ella no fue. Pero a cambio me escribió en un papelito –que guardé muchos muchos años- su dirección y teléfono. En aquel verano interminable -en el que muchas cosas cambian- yo no la llamé, ni la vi siquiera. Son esas decisiones que definen una persona. Creo firmemente que si lo hubiera hecho mi vida habría cambiado, mi carácter, mi personalidad se habría fortalecido de una manera decisiva.

Empezó bup, todo cambió –de una manera irreal, como forzada, como una decisión externa. La gente dejó de jugar al fútbol en el recreo, empezó a fumar, a hablar de otras cosas, a galantear desaforadamente. Comenzó la guerra de sexos. Pero no para todos. Algunos como mi pandilla nos quedamos atrás, aún éramos infantiles, aún éramos niños. Una pequeña dilación hormonal que nos apartó de los líderes del grupo, que nos hizo un satélite gracioso pero anacrónico. Todos los sábados por la tarde quedaban para ir a la discoteca, y la gente se empezó a enrollar y a meterse mano, y esas cosas, tan mitificadas, tan excitantes. Ana no se quedó atrás: fumó, bebió, experimentó con el sexo incipiente como la que más –o eso creo, o eso hacía entender. Me maldije. Porque siempre tuve la puta cualidad de verlo todo como en panorámica, de notar fidedignamente donde me encontraba, y lo que me estaba perdiendo. Querer estar dónde no estás. El origen de la infelicidad.

Sorprendentemente ella nunca me dejó de tratar bien; simplemente creo que la decepcioné, o se cansó de esperar. O le pareció demasiado complicado. Para mi fuero interno nuestro alejamiento fue, supongo, una prueba más de que no podía ser, de que no estaba preparado, de que bueno, era así porque tenía que ser en realidad así.
Pero el caso es que, cada vez que la veía, ella me hacía llegar algo, me enviaba cierto mensaje subliminal, aún en los tiempos más distantes. Amabilidad, interés, lástima… yo que sé. Qué buenos somos analizando a los demás y qué torpes con nosotros.

Pasaron los años, conocí mis verdaderos amigos, los de la facultad, viví a espaldas del pueblo, siempre en la ciudad. Tuve novia, ella dejó de tenerlos. Sólo en verano, de vez en cuando, en chiringuitos playeros donde bailábamos hasta las tantas, coincidíamos. Luego más tarde en el autobús, trabajando. Era evidente lo poco que teníamos que ver, la distancia de nuestros referentes. Pero creo que ese algo no resuelto siguió latiendo en el fondo, en el inconsciente. Como un pequeño rumor. Justo al poco de empezar con c, en verano, una noche, ella me mandó algunas señales claras e irrebatibles. De nuevo no las contesté cómo merecían.


Cuando vuelvo a Valencia hay cosas que, al mismo tiempo, deseo y me da miedo encontrar. Son los signos, los fantasmas de otra época que, una vez allí, cobran vida. Ana es una de ellos. Debería de haber algunos eximentes a la ley universal de la infidelidad. Algunos puntos que describieran situaciones extraordinarias donde se pudiese ser infiel. Porque estas cosas deberían resolverse, para bien o para mal. De ninguna manera la quiero, no tengo ni el más remoto interés en ella. Sólo es la picazón de las asignaturas pendientes, que nos perseguirán allá dónde vayamos. De hecho ahora estoy soñando con ella, de hecho ahora estoy escribiendo sobre ella; y pongo su nombre completo –con un morbo absoluto- a sabiendas de que alguna vez ella o alguien cercano lo escribirá en un buscador y encontrará este post. Y lo hago porque tengo 34 años y ya es absurdo el pudor. Y porque quizás a ella le sirva de homenaje, o le anime una tarde, donde quiera que esté. Y fantasee un rato, o piense qué tonto, antes de preparar la cena.





          sábado, abril 24, 2004

 
El test indie
Os animo a someteros a esta tontería. Sólo yo tengo los resultados –porque para algo lo he hecho y dicto las reglas, y para que os mojéis, y para que lo hagáis con (relativa) sinceridad. No hace falta decir que el test es tan caprichoso como la mera idea de hacerlo. Es algo obvio, a los que lo pasen con nota quizás les haga uno menos estándar.
Se trata de elegir siempre entre las opciones dadas. Lo ponéis en comments y luego os digo que nota habéis sacado. Suerte. También podéis buscar en el google, o preguntar por ahí, pero os estaríais engañando a vosotros mismos.

1
rock/pop/música negra/folk/electrónica
2
novela/ensayo/poesía/revistas/periódicos/cómics
3
radio/televisión/internet
4
zapatillas deportivas/zapatos/botas/de tacón
5
camisetas lisas, sin nada/con logos de marcas/a rayas/de ciudades
6
pantalones vaqueros/chinos/de pinzas
7
ceñidos/medianos/amplios
8
cortos/normales/arrastrados
9
pelo: corto/medio/largo
10
paul auster/don delillo/nick hornby/houllebecq
11
pendientes: si/no
12
piercings: si/no/muchos/pocos
13
borracheras: 1 por semana/+ de 1 por semana/1 por mes/2 ó 3 al año/1 al año/nunca
14
drogas: alguna vez/nunca/a menudo
15
edad: entre 15 y 20/entre 20 y 25/ entre 25 y 30/ entre 30 y 40/+ viejo aún
16
gran hermano/ot/hotel glam/la isla de los famosos
17
tele: mucha/poca/nada
18
de centro/de derechas/de izquierdas/muy de izquierdas
19
ecologista: mucho/poco/no me preocupa
20
madurez: poca/normal/mucha
21
seguridad: poca/normal/mucha
22
matrix/dogville/la mala educación
23
stone roses/happy mondays/new order/smiths/joy division
24
adidas/nike/reebok/puma
25
camper/lotusse/clarks/no miro marcas
26
elefant-acuarela-subterfuge-austrohúngaro-siesta
27
la ser/la cope/ radio3/onda cero
28
sigo la moda/tengo mi propio estilo/fifty-fifty/no me preocupa
29
el país/el mundo/abc/la razón/sólo periódicos locales/marca
30
ruta 66/rockdelux/fanzines de música/the wire/rolling stone
31
el canto del loco/coyote dax/papichulo/bisbal/café quijano/andy&lucas
32
piratas/los planetas/bunbury/fangoria
33
festimad/sónar/benicàssim/no voy
34
fútbol/baloncesto/motos/ciclismo/odio el deporte
35
javier marías/muñoz molina/lucía echevarría/pérez reverte
36
almodóvar/amenábar/fernando león/miguel albadalejo
37
los coen/tim burton/tarantino/woody allen
38
pop art/realismo/abstracto/minimal/impresionismo
39
negro/naranja/marrón/gris/azul
40
kitano/von trier/haneke/kiarostami/angelopoulos
41
strokes/dominique a/pole/coldplay/postal service/dizee rascal/edison woods
42
rem/u2/depeche mode/oasis/blur
43
mauro entrialgo/peter bagge/daniel clowes/el roto/jordi labanda/adrian tomine
44
los serrano/un paso adelante/hospital central/el comisario
45
los soprano/doctor en alaska/twin peaks/a dos metros bajo tierra
46
las gillmore/luz de luna/ally mc beal/sexo en nueva york
47
whisky/vodka/ginebra/cerveza/cubata
48
calvin klein/prada/alexander mc queen/gucci
49
david delfín/jocomomola/amaya arzuaga/duyos
50
los planetas/family/la buena vida/australian blonde/sr chinarro/nacho vegas/manta ray/migala





          viernes, abril 23, 2004

 
La geometría de la amistad
Siempre he pensado en las relaciones personales como un panal de abejas. Una red infinita y vertical de hexágonos interconectados. De modo que comparten siempre sus lados con sus vecinos en la trama. De modo que son a la vez origen de sí mismos y final de otros. De manera que forman paralelos y tangencias, son aristas y descansos.

Cojamos uno de sus seis puntos: yo. Soy el punto intermedio entre dos. Siempre, esté donde esté, seré la conexión entre dos puntos de la malla. Eso considerándola construida por elementos cerrados, por hexágonos. También podemos verla como una conexión de puntos de una determinada manera. En ese caso, las combinaciones se multiplican. Quizás así el análisis sería más aproximado, más real. Pero bueno, a quién le interesa el naturalismo, esto es sólo una alegoría.

Siempre me gustó considerarme así, analizarme, construir mi localización, mi paradero en una escala geoemocional. Un punto entre dos. El nexo entre dos cosas. 50 y 50. Su adición. O su anulación por contrapeso. A veces su equilibrio. A veces su caricatura. Todos somos el resultado de una receta con unos ingredientes predeterminados.

Hace años completé un trío de puntos. Logré aislar una combinación de la cual yo era equidistante al resto de las partes. Ahora acabo de resolver una nueva; me faltaba un punto y creo que lo tengo.





          jueves, abril 22, 2004

 
El viaje de María Pilar

Ya no tengo la compu en casa así que ya no me es tan fácil postear. Ya tengo todos los benditos documentos prontos (salvo los de Antonieta que los arreglo mañana), las cajas empacadas, mi casa alquilada, mis libros y mi ropa seleccionados. He podido reducir los más de treinta kilos de discos a cinco en una especie de billetera supermegacósmica que contiene los casi trescientos sin sus cajas de plástico de casi 140 gramos cada una. Es curiosa la importancia que ha cobrado el peso de los objetos de un tiempo a esta parte en mi vida... A ver como manejo estos catorce días de ansiedad...


Leo y me emociono con estas sencillas líneas. Es el último post del diario de maría pilar. Se llama La cuenta regresiva. Os la presento. Ella es de Uruguay, de Montevideo (creo) y profesora (me parece recordar). Tiene marido y una hija (espero no equivocarme). Hace ya un tiempo, quizás un año se puso en contacto con Willy y le pidió ayuda para montar su propio blog. Decía le había gustado mucho el suyo. Al poco lo abrió, lo tituló así, tan campechanamente. Debajo se leía “para entretenerse”. Desde él hemos asistido a la evolución de su decisión, al perfilamiento de la idea, de una de esas, de uno de esos pasos que sólo se dan una vez. Salir de su país. Venirse a España. A Galicia. Tiene familia aquí, al lado de Vigo.

Hemos sido testigos, a intervalos, de su resistencia a abandonar su sitio, su lugar. Nos ha narrado la emigración masiva, sobre todo de la clase universitaria, del derrumbe y el páramo del actual Uruguay. Abandonado a su suerte, en bancarrota crónica, fuera de las líneas de flujo monetario. Muchos de sus amigos y compañeros ya han huido.

No nos idealiza, no es tonta. De hecho intenta aferrarse a su pasado, a sus olores y sabores. Intenta permanecer, resistir. Se plantea qué va a pasar si todo el mundo se va, si todos desertan. Se puede morir un país?. En todo caso nadie debe autoexigirse tamaña responsabilidad. Es algo que nos excede.

Finalmente decide partir, la escuchamos preparar los visados, la leemos y la intuimos afrontando día a día decisiones de tal calibre que convierten nuestro peregrinar en un paraíso, a su lado. Intentamos acercarnos a lo qué debe sentir cambiando completamente de vida, esa mezcla de terror, ansiedad y utopía. Calculamos su valor y su arrojo. Nos decimos continuamente: que le vaya bien, que le vaya bien.

No queremos hablarle mal de nuestro país. Tampoco queremos que se engañe. Nadie debería aconsejarle nada. Se ha ganado el derecho a acertar. Saldríamos todos ganando. Aunque quizás sería uno más de los síntomas de este mundo terminal. Nadie debería irse de ningún sitio. Si las oportunidades se siguen acumulando en unos sitios y desapareciendo de otros todo reventará. De gula y de hambre.




          lunes, abril 19, 2004

 
Deneuve
Pongamos que miramos, a través de la ventana, un piso alquilado, de estudiantes. Los muebles que hay allí son los que ofrece el casero, apenas un esqueleto de hogar. Un atrezzo compuesto por maderas combadas, escais que dejan ver esponjas amarillas, camas y armarios desvencijados, algún colgante para dejar las llaves, vasos sin brillo y cubiertos del hiper. En el comedor, un mueble con cajones y un cuadro, seguramente de ciervos y bosques.

Pongamos que en el medio hay una mesa con cuatro patas: Luis Eduardo Aute, Los Planetas, The Smiths, Velvet Underground. Las dos diagonales que dibujan soportan un tablero, y en él se apoyan The Go-Betweens, Ismael Serrano, Belle&Sebastian, Silvio Rodriguez, Tindersticks, una baraja de cartas, un canuto de maría, encendido y apoyado en un cenicero de ricard, un bloc escrito en varias direcciones, un libro de Virginia Woolf. Una postal de Manchester con chinchetas en la pared les acoge.

Hay un aire de tanto romanticismo en esa estancia que desde el principio todos sabemos no durará, que es inaguantable, que a la vuelta del verano todo habrá cambiado; que ese momento, ese espacio se sobrevalorará dentro de diez años, porque contendrá la esencia de la juventud, el elixir de la aspiración primera.

Decía que podía volar con cerrar los ojos
Recitando a Morrissey: "These things take time"
Y aunque no lo llegó a decir yo estaba seguro
De que quería morir

[llevo días colgado de El amor visto desde el aire, de los cordobeses Deneuve. Aún a sabiendas de sus imperfecciones, con algo de rabia por no ser todo lo que prometen, con el puntito agridulce de lo que no acaba de apasionarte. Pero hay cosas que valoro más: el atrevimiento, la -dulce- transgresión, el apuntar a la cursilada sin caer en ella, o cayendo, pero a sabiendas. La osadía de intentar unir la cantautoría y el indie. De ser uno mismo]





          jueves, abril 15, 2004

 
Escribir
Bueno va, voy a hacerlo. Solamente porque la última entrada que figure no sea esa tan deprimente. Pero lo cierto es que no me apetece. Otras veces he cortado por comeduras de tarro, pero ahora estoy como saturado, y me he tomado un respiro. Pero estoy bien, os lo prometo. Es sólo que estoy haciendo otro tipo de tonterías diferentes y estoy disfrutando bastante comentando en otros blogs. Nada más. Es también que mi actual obsesión es convertirme en activista político, en expresar de alguna manera mi desobediencia civil. Ya casi lo tengo acabado, pero ya veo flaquear las fuerzas, algo tiene nuestra vida moderna que te narcotiza hasta la ira y la rabia. A ver si aguanto y acabo haciendo algo.

El otro día me entrevistaron para un periódico. Es un reportaje sobre blogs, sale el domingo en El Progreso de Lugo. La chica era maja, y creo que estuve suelto y convincente. Eso sí, no creo que mi visión de esto tenga mucho que ver con la de la comunidad. Sí, supongo, con la de mi círculo de visitas y visitantes. Me preguntó que diferencia había entre los blogs masculinos y femeninos y le dije me parecía un formato muy masculino, al menos en el uso que ahora mayoritariamente se le da. Que eso de llorar y de decir que sólo estoy era más masculino que femenino. No sé si estuvo de acuerdo, me dijo y cómo escriben las mujeres. Yo le dije no sé, con más ironía, creo, con menos desesperación porque las quieran. Me hizo pensar bastante. Siempre pienso que ahora es mucho más difícil ser hombre que mujer. Sé que esto desde muchos prismas es una barbaridad, sé de la opresión, cortapisas o violencia descarada que sufren y nosotros no. Pero yo me refiero a que su órbita es aún ascendente, aún acaba casi por comenzar. Somos dos proyectiles lanzados al espacio, con la misma fuerza, sólo que con mucho tiempo de dilación. La energía de nuestra explosión ya hace tiempo que ha acabado, ya sólo nos mantiene en el aire la inercia, el propio aire –que nos domina y nos bandea y lleva a la deriva. La suya está en su curva ascendente, aún pueden con los elementos, con las resistencias, con las corrientes, con el aire. Son dueñas de su ilusión.

No sé, esto siempre lo pienso. Por muchos problemas reales que tengas la mella que te hacen depende del prisma desde donde los mires. De tu fuerza interior. Siempre pienso que el que no ha tenido nada guarda mucha más. A nosotros, desde siempre, todo nos fue concedido. El peso del mundo ha sido nuestro. Es evidente que no hemos podido con él. Es palmario que ya nos hemos rendido.