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Prestige: exigimos responsabilidades



          martes, junio 24, 2003
 
Días sin Willy

Sábado. Oportunismo
Acabo de caer, ya sé donde había visto recientemente la tipografía electoral del pp. La tenía en mente. Esa eraser dust sobre la discutimos ampliamente en el foro de juanjo. Es la de la serie 7 Vidas de Telecinco, uno de los últimos bastiones de cierta inteligencia, de cierta crítica, de alguna heterodoxia del panorama televisivo.

La máxima más imperecedera de Haro Tecglen decía algo así como: sólo hay una ideología: la izquierda. La derecha no existe, es simplemente ir a favor de corriente.

Desde que la leí hace años no hay día que algo no me la recuerde. Y todo encaja mejor.



   

 
Domingo. Épica
El fútbol es tan imprevisible, tan raro que acaba desesperando. Es inabordable, como la vida. Un equipo que cuesta lo que un jugador de otro es capaz de ponerle contra las cuerdas, de (casi) arrebatarle un título después de todo un año de competición. Que más da si acaba o no ganándolo, la mitología no se alimenta de la realidad, sino de su aura.

La Real pasó por Vigo y dejó un aroma amateur impregnando las calles. Una olvidada sensación de sencillez, de honestidad. Este curso se recordará como el suyo.
Sólo si existiera un tope salarial podríamos discutir sobre justicia. Mientras tanto, sólo queda la guerrilla. Y el orgullo.



   

 
Lunes. Disidencia
Santiago Sierra. Arte después del arte para seguir creyendo en el arte. Hacía muchísimo tiempo que no me sacudía una pieza como lo ha hecho la que este artista español, afincado en México, ha presentado en la Bienal de Venecia.
Ha cerrado el pabellón nacional, cegado la señalética con bolsas de basura negras y sólo ha dejado, como único distintivo apelativo, un cartel aséptico, institucional que nos dirije con una flecha hacia la puerta pequeña del costado y una inscripción: entrada reservada a personas con DNI que acredite su nacionalidad española. Allí, dos guardia jurados te exijen dicho documento.
En el interior, por lo que sé, no hay nada. La obra es, claro está, como dice el artista, el público, no el espacio en sí. En un certamen de estas características, en el que todo se organiza a través de un eje de nacionalidades, no se me ocurre un gesto más callado y más subversivo al mismo tiempo, más cerrado en sí mismo y más abierto en su significación, una reflexión más desobediente sobre las fronteras, las leyes de inmigración, las –cada vez mayores- diferencias económicas y de clase.

[una periodista sueca le inquiere al artista que le deje pasar, que si no no puede reseñar nada. Santiago le dice: tampoco se entra en los campos de Palestina o Camboya y sin embargo se informa sobre ello]


Lunes. Renuncia
Un hombre se quiere suicidar. No puede. Paga a una persona para que lo haga en su lugar. Esa misma noche conoce una chica. Cambia de idea; ya no quiere morir. Pero no puede localizar a su verdugo para decírle que abandone el encargo. Huye.

Viendo Contraté un asesino a sueldo, de Aki Kaurismaki. Atrapado por esa caligrafía tan personal, por esa vía muerta de alguna manera, no transitada por el cine –o el arte- actual. Ese donde no cesan de ocurrir cosas, donde la narración se circunscribe en una sucesión orgiástica de impactos, entre la violencia y el deseo. Frente a lo compulsivo, en esta antigua cinta de Aki se nos propone casi todo lo contrario. Casi un ballet, una coreografía silente. Podríamos prescindir perfectamente del sonido porque es, en esencia, cine mudo. Situaciones entre mágicas, normales, estilizadas y absurdas, personajes caricaturizados, en dos líneas, arquetipos que se mueven como a trompicones, como a invisibles saltos, como si faltaran fotogramas por medio. Lo gestual –en su ausencia. Una deliciosa humorada, una grácil proeza de hielo finlandés.


   

 
Martes. Fatalismo
Como si fuera un error
siempre encuentro a mi alrededor
cosas que amenazan al final del día
con volver,
volver como el viento

[nacho vegas, como el viento]

Martes. Inercia
Moverse entre lo malo y lo menos malo. Tenerse en pie, sentirse ausente, salir de uno mismo y verse subsistir. Rodearse de cosas materiales que distraigan las horas. Pensar en positivo, tener fe. Seguir caminando. Creer que abandonan las fuerzas. Cerrar un poquito los ojos. Insensibilizarse.

Martes. Angustia
Llegando aquí
qué más nos puede pasar

[otra vez nacho vegas, el salitre. Hay estrofas que parecen escritas por mi otra mano. Sí, él también utiliza el plural]



   

 
Miércoles. Recomendación
Algún día que otro, al final de crónicas marcianas, cuando se van los payasos y los bufones, Sardá limpia la mesa de mugre y exhibe una cinta de video. Y dice: bueno, ya sabéis que por las mañanas, cuando no hay nadie, viene Juan Carlos Ortega al plató y graba estas cintas. Entonces se la lanza, simbólicamente, al realizador.
Sólo he visto cuatro o cinco, desconozco el tiempo que lleva el tal Juan Carlos haciendo esa miniseción, también ignoro su trayectoria –me dicen que colabora en la ventana; un programa que quizás debiera escuchar más; pero aún mantengo, a pesar de una creciente simpatía hacia ella, el veto a Gemma Nierga por aquella inmoralidad de Hablar por hablar. Para mí el tipo es un perfecto desconocido. Y una perfecta sorpresa. Si buscáis unos minutos de humor agudo, y sobre todo diferente, intentar ver alguna de sus microhistorias. Sólo una constante en ellas: los intérpretes son jubilados pensionistas.

Miércoles. Trabajo
Haciendo tiempo en una gran imprenta mientras salen mis pruebas, viendo el trasiego de gente de un lado para otro. Lo colectivo. Recordando otras situaciones análogas, pasadas. Presenciando, ya desde fuera, con saudade, el discurrir cotidiano de una jornada laboral asalariada, por cuenta ajena.
Qué queda cuando se deja atrás ese exhibicionismo de vestirse para otros, de peinarse, de renovar más a menudo la ropa, de salir de casa con la mañana, con la fresca, de saludar los buenos días, de seducir microscópicamente, de competir, de discutir, de rajar de los jefes cuando no están, de conspirar, de sentirse un segundo afines y todo el resto extraños, de querer agradar, de ser encantador, o dócil, o sentir que se te respeta, de saber contra quién se lucha?.
Qué queda?. Sólo nosotros, frente a frente, y sabemos cómo ser nuestro peor enemigo.



   

 
Jueves. Caída
Tengo que vigilar la música que escucho, lo que leo, lo que veo. Mi ánimo pende de alfileres. Casi todos mis gustos son tan intensos que ahora me pueden destrozar.

Un amigo me dijo que el blog en mí equivalía a su psicológo. A veces es tan ridículo todo esto.


   

 
Viernes. Simulacro
Al protagonista de El guardián sobre el centeno le aburrían el teatro y el cine cuando los actores dominaban tanto sus dotes interpretativas, su encanto escénico que se notaba que lo sabían. Lo mismo me pasa con Imanol Arias y compañía. Hay algo demasiado perfecto, demasiado poco dubitativo cuando actúa, o habla. No hace de Antonio Alcántara, hace de cómo haría un actor de Antonio Alcántara.
Ayer ví por primera vez un capítulo de Cuéntame. Es todo tan previsible, tan poco dañino que no me engancha ni un poquito. Intenta ser tan veraz que acaba siendo súper falso. El único esfuerzo realmente destacable de esta serie es el atrezzo. Yo creo que mucha gente la ve por eso, por reconocer las mesas, los tapetes, los peinados. Pero los guiones son de un buen rollito realmente repulsivo.



   

 
Domingo. Retrofuturismo
España, 50-60’s. Gobierna Franco. El Madrid es el club más grande del mundo. Encadena ligas y copas de europa sin parar. Tiene en su nómina a Puskas, Kopa, Di Estéfano… los mejores. Tiene dinero para pagarlos.

España, 90-00’s. Gobierna el PP. El Madrid es el club más grande del mundo. Encadena ligas y copas de europa sin parar. Tiene en su nómina a Zidane, Ronaldo, Beckham… los mejores. Tiene dinero para pagarlos.


   

 
Lunes. El espectáculo
Acaba de irse un periodista que ha estado trabajando toda la tarde aquí. Ha llegado y ha empezado a desplegar su arsenal. Qué faltaba una foto, llamaba a nosequién y la conseguía, hablaba por dos móviles y tecleaba al mismo tiempo. Miraba por la ventana, se dispersaba. He acabado sentándome, tras de él, a mirarle. Ha hecho innumerables cortasypegas, ha escrito editoriales y artículos en dos patadas. Lo ha acabado y me ha preguntado qué tal. Por supuesto le he mentido. Se ha ido con la despreocupación del trabajo acabado.
En ninguna de las agencias que trabajé comenté que tenía cierta habilidad para la escritura, que podría defenderme, que sabría hacer textos publicitarios si me lo propusiera. En todas tuve el rango de simple diseñador. Hoy me he acordado de eso mientras le observaba encadenar tópicos, mientras ultimaba frases para no ser leídas, para ser, desde su misma publicación, excedencias, puerilidades para engordar la nube de paja. Lo cierto es que hoy en día hay pocas profesiones más bajo sospecha, más bastardas, que la escritura publicitaria y el periodismo.






          jueves, junio 12, 2003

 
Toda la noche en la calle

El sábado ví al fin 24 hour party people. Y bueno, qué decir. Salí disgustado, esa no era la película que esperaba. Winterbottom no dejó resquicio para la lagrimita que llevaba preparada. No encontré ese retrato coral, ese biopic donde se vieran florecer a los Stone Roses, Charlatans, James. No se escenificó ese momento de maridaje entre rock y electrónica que entusiasmó a la escena, ese instante epifánico, repleto de ingenuidad, buenas intenciones y positividad que nos convirtió en mancunianos a los adolescentes de medio mundo. Esa estética que arrinconó las gorras de beisbol, las patillas perfiladas y los pantalones pitillos a favor de un look gloriosamente arrastrado, de camisa por fuera, parkas con capucha, gorros con ala y pantalones hiperanchos, caídos. Todo eso fue nuestro Manchester de provincias, uno de los escasos momentos de ilusión de pertenencia colectiva de nuestra vida. Aquellos días en los que tuvimos la sensación de escuchar todos el mismo programa –el de Jorge Albi-, en los que nos sentimos algo más afines, en los que los conciertos eran una celebración. Tim Booth, Ian Brown, Shaun Ryder repitiendo, lisérgicamente, fool’s gold, come home, aleluya.

Lo que se ve en la película es un retrato oscuro, con ese humor cínico tan british, de la ciudad a través de su impacto musical. Pero no un fresco sociológico, sino una visión personalísima: la de Tony Wilson, padre de Factory Records y The Haçienda, sello y club donde se forjó la leyenda. Todos salen ¿excesivamente? malparados, todos aparecen presos de las drogas, el oportunismo y la contradicción. Todos salvo quizás Ian Curtis y sus Joy Division, para quienes apaga la mirada socarrona y dedica los únicos instantes poéticos, reverentes. Mas que se sea un yonqui no quiere decir que todo se resuma en improvisación. Los Happy Mondays son mucho más que eso.

Es muy loable la sátira, la no condescencia, la no sacralización. Probablemente una película más de fan nos habría acabado dejando igualmente insatisfechos, nos habría empalagado. Seguramente siendo así sobrevivirá mejor en el tiempo. Ya os contaré como evoluciona en mí, cuando no se me entrometan los recuerdos.







          miércoles, junio 11, 2003

 
Deconstruyendo a Nacho
(si las canciones fueran como conversaciones todo estaría mejor)


1
21 Oct 2001 13:29:09
De: anto A: contra
Creo que el hecho de que todavia no tengas claro lo de Nacho Vegas esta bien, quiere decir que es ambiguo, que no es facil, que produce sensaciones encontradas, esa complejidad tan necesaria. Se lo puse a un compañero de curro al que le gusta casi toda nuestra musica y no paso de la segunda canción, me lo devolvio con una cara de cierta condescendencia, como un poco extrañado de que le hubiese hablado tan bien de él.

05 Nov 2001 20:37:03
De: contra A: anto
del disco qué decirte. tardé bastante en empezar a pensar en él sin pensar en lo que tú me dijiste. estabas tan exaltado que me costó escucharlo con claridad. a día de hoy te diría que me gusta más diariu, quizá porque yo a diariu lo veo como algo sólo esbozado, hay en él mogollón de líneas sin explorar, ritmos, recursos... me parece más rico que el de nacho. Pero quizás este era el disco que necesitaba hacer, por lo que intuyo y leo sobre él quería quitarse de encima mogollón de cosas de sus más recientes años. hasta ahí genial, pero se me queda un poco americano de más, sobre todo en las letras, algunos tics y topicazos de la vida maldita, y no le favorece ni la versión esa country ni la canción tipo miguel ríos que tú decías. en diariu la poesía venía de una frase repetida mil veces... por cierto, c y yo pensábamos que molaría que la dedicatoria de este fe fuera "...el amor.. lo que salva" con todo, es un disco a años luz del resto del indie y esas cosas. y con momentos acojonantes.

15 Nov 2001 08:31:19
De: anto A: contra
Lo de que sea muy americano rayando el country es de un obvio que yo creo que se nota que es un disfraz como esa pose exagerada de cantautor (es la parte posmoderna del disco), creo que esta jugando, yo creo que es un disco directo, de tu a tu, diariu tenia esa distancia poetica (acojonante) de este me gustan esas canciones largas, tipo conversacion. Sin casi estribillo. Pienso que el disco no podia ser de otra forma... bueno, ya lo hablaremos...

03 Dec 2001 08:26:54
De: anto A: contra
“Hola, me llamo Nacho Vegas y soy un cantautor de extremaizquierda”

14 Jan 2002 09:34:58
De: contra A: anto
ayer compré el rockdelux. hay un fotograma del video de seronda (otoño en bable) de nacho vegas. justo es eso lo que traté malamente de explicarte, lo que eché en falta en el disco. esa atmósfera más nick cave, más wenders, más "europea", ese existencialismo que encontraba en mayor dosis en diariu. esa foto me ha dejado sobrecogido. y la letra de esa canción es un modelo de lo que más me gusta de él.

14 Jan 2002 11:12:30
De: anto A: contra
Estoy de acuerdo casi que del todo. A mi tambien me flipó esa foto.

2
Nacho Vegas + Aroah. 3 de noviembre. Sala La Iguana, Vigo.
Contra, Mondosonoro, diciembre 2001

Confesiones, ansiedades, la poética. Aquellas cosas que interiorizamos esperando que alguien las comparta, aquel enfoque que las hace importantes, más reales que la realidad. Esa épica que nos revuelve y nos engancha a una montaña rusa de sentimientos. Hábitos, adicciones, puntos extremos, vacío y plenitud, exageración, dramatismo; la única vida que nos sirve. Una noche para Aroah y Nacho Vegas, autores y protagonistas de esas historias de las que hablamos. Henchidas de sinsabor, espectrales, algo enajenadas.
Como a cámara lenta se movió en su show Nacho Vegas. Gesto somnoliento, autoridad, riesgo y coraje, todo lo que entendemos por clase. Presencia magnética, estampa de ángel caído, aura. Defendía su imprescindible “Actos inexplicables”, disco símbolo, de esos que sin saber porqué son más que la suma de sus canciones. Quizás porque el ingrediente que no aparece en el análisis es tan inaprensible como el humo de ese Lucky en su mano, tan extemporáneo. Un trabajo tan valioso que casi da reparo diseccionar, pues hasta sus clarísimos errores parecen ungidos de cierta necesidad, ya no artística, sino vital. En cualquier caso, nos gustaría que con él diera por zanjada una deuda americana demasiado definida que ahoga otros lenguajes y caminos mucho más personales, que aquí se ven a veces sofocados y estallaban como bosquejos caóticos, pero libres, en su aventura anterior de Diariu.
Al amparo de sus Bad Seeds particulares, especie de moderna orquesta de bodas, nos contó sus plegarias, declaraciones y venganzas a la acústica, con una voz especialmente convincente, plena de imperfecciones, como no podía ser de otra manera. Romances de inadaptación y paso del tiempo, decálogos de conducta y escenas de vida maldita y dependencia bañadas por la luz de la sinceridad y el dolor, con Cohen, Smog, Carver y Burroughs tutelándole, desde la platea. Les presento a un soñador.

3
Nacho Vegas en mí a día de hoy

-Es muy guapo y alto ¿de dónde le viene la tristeza?. Realmente tiene mérito.
-Su mejor definición (creo que es de abel de migala): está muy cerca de lo que cualquiera puede intentar y muy lejos de lo que cualquiera puede conseguir.
-Un disco –el último- que empieza, después de dos minutos de crescendo espacial, con: hoy de nuevo cerraremos los ojos; ya nos tiene a su merced.
-Es demasiado clásico
-Es demasiado solemne
-No tiene sentido del humor
-Todo lo anterior forma parte de su atractivo
-Otra perla: sé que puedo tener paz y armonía, pero no en esta vida
-En el último disco se parece a Nick Cave, Bowie, Los Planetas, Lambchop, Dylan, Migala o Lou Reed.
-Es la persona más valiente de la música nacional.
-Es un perfecto equilibrista. Es muy difícil ir tan de cara, tratar ciertas cosas, desde ciertas perspectivas, y salir airoso.
-Deja a los indies como niñatos -la misma sensación daba siempre PJ Harvey.
-Afortunadamente no se le pegó nada de su etapa en Manta Ray: el grupo más de querer y no poder posible.
-Desafortunadamente ha dejado de lado cierto lado arty de su etapa de Diariu en pos de una atemporalidad demasiado cerrada. Ha cambiado poesía por narrativa en exceso.
-Seronda sigue siendo mi canción favorita.
-El día del concierto de Vigo, hace dos años, le pedí una en los bises. No sólo no me hizo puto caso sino que estrenó “En la sed mortal”. Se lo agradeceré siempre.
-Un disco doble en su caso es excesivo. No se puede jugar así con la intensidad. Hay demasiadas palabras, exige demasiada atención. Le falta algún descanso, algún instrumental.
-Ha dado el paso que esperábamos, en muchos sentidos. En otros no, pero es normal.
-Me da mucha rabia la canción esa de la mujer que mata a su marido. La paso siempre.







          martes, junio 10, 2003

 
Ego
C ha conseguido con los años que no me calle nada, que lo hable todo. Bueno, todo lo que se debe contar. Ahora el problema es cómo parar. Porque podría estar siempre hablando de mí mismo, porque no me pararía de confesar. Porque durante años no me salieron las palabras. Porque hablé demasiado para mí.




          miércoles, junio 04, 2003

 
Dos metros bajo tierra
Una velada, la de los martes, para sentirse –aún- inteligente, algo menos corrupto, enfangado en el lodazal. Seguramente sobrevalorada por el momento, por la falta de competencia, esta serie –y la que la precede en mucha menor medida- completan un programa doble que se recibe con los brazos abiertos, con la condición conceptual de oasis, de reserva moral y de creatividad.
La vida en torno a un negocio familiar extravagante –una funeraria- genera un día a día hiperreal, complejo y marciano, con unos personajes tan poco arquetípicos, tan anonadados, tan a merced como nosotros. El guionista de American Beauty ratifica que sigue intacto su sarcasmo helado, esa capacidad de corrosión que pobló aquella miniatura maestra.
Viendo los títulos de crédito uno ya se siente en presencia de algo radicalmente diferente, algo –como nos sugiere la cortinilla de la 2- rigurosamente incorrecto.


   

 
Kaplan
Caústico, derrotista, mordaz, sensible e idealista. Son algunos de los estilemas de Kaplan, el chico callado de la facultad, nuestro embajador balear, nuestro comentarista más prolífico. Al fin ha abierto su propio sitio, su refugio. Para confesarse de una vez por todas. Al norte por el nordeste.


   

 
Kaplan, Ira
Cercana e inalcanzable, la trayectoria de Yo La Tengo ejemplifica el orgullo de la gran música americana. Paso a paso, sin vacilaciones, sin concesiones. Uno de los grupos más inteligentes de los últimos 20 años.
Cualquier entrevista con ellos es una lección de pensamiento rock, en el que se dan cita toda la integridad, saber estar y desmitificación que nos permiten nuestros vertiginosamente vacíos días.

“mi acepción favorita del punk no es destruir la autoridad, sino hacer lo que te parece correcto, al margen de las reglas que marque la comunidad que te rodea. Somos punk en el sentido en el que lo pueda ser Television.”

“pretencioso es una palabra que no significa nada. Los grupos son pretenciosos por definición, ya que asumen que sus canciones merecen ser escuchadas por la humanidad. Alternativo es otra palabra vacía; me suena ridícula, con un punto de creerse mejor que los demás. Aunque tenga menos resonancia, prefiero independiente o indie porque designa a los grupos que aspiran a la independencia económica, que es la única posible y necesaria para hacer la música que tú eliges.”

Ira Kaplan de Yo La Tengo, RDL mayo’03.


   

 
Tele5
Hotel Glam/Crónicas Marcianas. Benditos seáis. Para noches como la del lunes, para cuando todo va mal, para cuando no hay salida.


   

 
Mono
Leyendo en el asiento de detrás, con un paisaje de fondo que muta, mientras subimos de este a nordeste, de color. Del marrón al verde. Ojalá pudiéramos decir lo mismo de nuestro presente. Ojalá fuera un pronóstico de nuestro futuro.
Leyendo para distraernos, refugiándose en Mono, una revista honesta y no tendenciosa hecha desde Valencia. Artículos de fondo que me agradan pero que dejo para otro momento, un tono activista y politizado –en su mejor acepción- en directos a donde más duele a la supuesta explosión de riqueza levantina, paraíso de la derecha que alguno de estos días destapará los escándalos financieros más graves desde la transición. Al tiempo. Me detengo en los artículos de Marcos Rubio sobre la difusa frontera indie/mainstream y la trayectoria de Hanif Kureishi. No sé, hay algo familiar en esta revista. La vida da muchas vueltas. Se lo agradezco.